Solución


                                       UNA BUENA TOMA DE DESICIONES 


Muchos padres no pueden entender por qué sus adolescentes ocasionalmente se comportan de manera impulsiva, irracional o peligrosa. A veces parece que ellos no piensan las cosas a fondo o no consideran las consecuencias de sus acciones. Los adolescentes son diferentes a los adultos en la manera en que se comportan, resuelven problemas y toman decisiones. Hay una explicación biológica para esta diferencia. Estudios han demostrado que el cerebro continúa madurándose y desarrollándose durante la niñez, la adolescencia y hasta principios de la edad adulta.

Los científicos han identificado una región específica del cerebro llamada la amígdala, la cual es responsable de las reacciones instintivas incluyendo el temor y el comportamiento agresivo. Esta región se desarrolla temprano. Sin embargo, la corteza frontal, el área del cerebro que controla el razonamiento y nos ayuda a pensar antes de actuar, se desarrolla más tarde. Esta parte del cerebro va cambiando y madurando hasta bien entrada la edad adulta.

Otros cambios específicos en el cerebro durante la adolescencia incluyen un rápido aumento en las conexiones entre las células del cerebro y el podar (refinamiento) de las vías del cerebro. Las células nerviosas desarrollan mielina, una capa insuladora que ayuda a las células a comunicarse. Todos estos cambios son esenciales para el desarrollo coordinado de pensamiento, acción y comportamiento.

Cambios Cerebrales Quieren Decir que los Adolescentes Actúan de Manera Diferente a los Adultos

Retratos del cerebro en acción muestran que los cerebros de los adolescentes funcionan de manera diferente a los de los adultos cuando toman decisiones y resuelven problemas. Sus acciones son guiadas más por la amígdala y menos por la corteza frontal. Investigaciones también han demostrado que la exposición a drogas y alcohol antes del nacimiento, trauma a la cabeza u otros tipos de lesiones cerebrales pueden interferir con el desarrollo normal del cerebro durante la adolescencia.

Basado en el estado de desarrollo del cerebro, los adolescentes tienden a:

  • Actuar impulsivamente
  • Leer mal o malinterpretar las señales sociales y emocionales
  • Envolverse en toda clase de accidentes
  • Envolverse en peleas
  • Participar en comportamiento peligroso y arriesgado.

Los adolescentes tienden a no:

  • Pensar antes de actuar
  • Hacer una pausa para considerar las consecuencias potenciales de sus acciones
  • Modificar sus comportamientos peligrosos o inapropiados.

Estas diferencias en el cerebro no quieren decir que la gente joven no pueda tomar decisiones buenas o sepa diferenciar entre lo correcto y lo incorrecto. Ello también no quiere decir que ellos no deben de ser responsables por sus acciones. Pero, el estar conscientes de estas diferencias puede ayudar a los padres, maestros, abogados y a los que establecen la política, a entender, anticipar y manejar el comportamiento de los adolescentes.

Ocho consejos y recursos para afrontar los cambios de tus hijos adolescentes

Ocho consejos y recursos para afrontar los cambios de tus hijos adolescentes

Con la llegada de la preadolescencia y la adolescencia el cuerpo de tus hijos cambia y se va convirtiendo poco a poco en el de un adulto. Pero los cambios no son solo físicos, sino que además van acompañados de un desarrollo psicológico y social complejo que los padres no siempre saben cómo afrontar. Recopilamos ocho consejos y una completa selección de recursos para que comprendas los cambios que experimentan tus hijos durante esta etapa, afrontes los retos que suponen y les ayudes a convertirse en adultos responsables y equilibrados.

OCHO CONSEJOS PARA AFRONTAR ESTA ETAPA

La preadolescencia marca el paso de la niñez a la adolescencia y se sitúa entre los 9 y los 13 añosA partir de los 13 años la preadolescencia da paso a la adolescencia y los cambios se aceleran todavía más. Ambas etapas integran un período en el que el niño ya no es pequeño pero tampoco adulto y los cambios en la apariencia (el cuerpo, los rasgos, la voz…) van acompañados de modificaciones en los comportamientos, emociones y conductas, que mezclan actitudes infantiles y juveniles. Generalmente, el fin de la adolescencia y la llegada de la juventud se establecen entre los 18 y los 20 años.

Es importante estar atentos al desarrollo del niño durante estos años para detectar posibles problemas y ayudarle cuando lo necesite. Los siguientes consejos te darán claves para estar a su lado y saber reaccionar ante los cambios o conflictos.

  1. 1. Mantén la calma y apóyale. Es importante que tengas paciencia y recuerdes que, aunque a veces muestre rechazo, en esta etapa el niño necesita especialmente el apoyo de las personas que le rodean y le quieren. Se trata de un periodo confuso y en el que la autoestima baja y la seguridad se tambalea. Esto puede generar agresividad, cambios de humor repentinos o actitudes duras hacia los padres, pero trata de evitar el enfrentamiento, aporta siempre la visión adulta y muéstrale tu cariño incondicional.
  2. 2. Escucha y pregunta. Durante esta etapa el adolescente puede tender al aislamiento y evitar las conversaciones con los padres. Haz que se sienta escuchado cuando se decida a contarte algo, no le juzgues, pregúntale cómo se siente, pide su opinión y demuéstrale que te interesa lo que piensa. Puedes aprovechar momentos cotidianos y tranquilos para dedicar tiempo a charlar de todo tipo de temas, ayudarle a comprender sus sentimientos, sus cambios físicos o las nuevas experiencias a las que se enfrenta y fomentar la comunicación en el ámbito familiar.
  3. 3. Fomenta el razonamiento y la lógica. El cuerpo de tu hijo está cambiando pero su capacidad de tomar decisiones y actuar con lógica y responsabilidad todavía no ha madurado. Por eso es importante que le guíes, trabajes con él el pensamiento razonado y crítico y el respeto mutuo. Con ello le ayudarás a afrontar las transformaciones cognitivas que está experimentando y a desarrollar las estrategias intelectuales que exige la edad adulta.
  4. 4. Trabaja la responsabilidad. Si das a tu hijo ciertas responsabilidades, teniendo en cuenta su grado de madurez y a sus capacidades, le mostrarás que empiezas a tratarle como un adulto y ayudarás a su desarrollo psicológico y a la adquisición de valores.
  5. 5. Involúcrate en su educación. El fracaso escolar es uno de los peligros de esta etapa y tu labor es importante para evitarlo. Apoya su esfuerzo, infórmate de sus avances en el centro escolar y destaca sus capacidades y destrezas. Es recomendable controlar especialmente que se mantengan unas rutinas en casa que completen el trabajo en el aula, para evitar que el adolescente pierda el ritmo y el interés, quede atrás en el centro escolar y se plantee el abandono de los estudios. También será el momento de que le ayudes en la toma de decisiones respecto a los estudios y su futuro laboral.
  6. 6. Mantén unas normas. Aunque le des cierta libertad y autonomía, las reglas y la rutina ayudan a establecer la estructura de seguridad que el adolescente necesita. Sin embargo, permite cierta negociación al establecer las normas, evita presionarle y no crees expectativas demasiado altas que no pueda alcanzar. El fracaso es parte del aprendizaje, y el castigo, en caso de comportamientos inadecuados, debe ser razonable y constructivo.
  7. 7. Cuida su salud. Aunque la adolescencia es una etapa con menos riesgo de enfermedad que la infancia, hay que seguir cuidando el cuerpo para que el desarrollo sea correcto. La alimentación es fundamental, al igual que un descanso adecuado y el ejercicio físico, muy recomendable a estas edades.
  8. 8. Vigila sus comportamientos y, ante problemas serios, busca ayuda. A estas edades pueden aparecer rasgos de agresividad o depresión, los primeros acercamientos al alcohol y las drogasamistades poco recomendables, trastornos alimenticios o signos de adicción a la tecnología, Internet o las redes sociales. Es importante que estés atento a cualquier detalle preocupante en la actitud de tu hijo y lo comentéis con naturalidad. Si tienes dudas o lo consideras necesario, consulta con el centro escolar y acude a un profesional de la psicología. Con ello también le enseñarás que no es necesario afrontar solo los problemas y que debe pedir ayuda cuando lo necesite.

8 consejos para afrontar cambios hijos adolescentes

           


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